“Los voy a hacer pedazos con una cierra eléctrica”, “uno de los tres va a desaparecer”, fueron las amenazas que Alberto Rivera les hacía constantemente a sus vecinos, un grupo familiar compuesto por tres personas y que reside en la comunidad Cristo Redentor II, en las cercanías del redondel Masferrer, en la colonia Escalón, del departamento de San Salvador.

Desde hace cuatro años el sujeto inició con las amenazas a muerte en contra de las tres personas que son los vecinos inmediatos, pues habitan uno al lado del otro. 

Sin bastarle, Rivera lanzaba bolsas con excremento y orines hacia el techo de la vivienda de los afectados constantemente.

Las víctimas detallaron que durante los cuatro años han tenido que soportar los ataques y que en todo ese tiempo el sujeto siempre ha derramado sus evacuaciones líquidas en la ventana del hijo de la pareja perjudicada.

Rivera reside solo en su vivienda y ha tenido problemas incluso con familiares que habitan en el mismo sector que él, por lo que no tiene contacto alguno con ellos.

La enfermedad mental descubierta en los tribunales

Tras el temor por las amenazas y la incomodidad de soportar el mal olor de los excrementos, el 19 de julio de 2013 la familia interpuso una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR), pero fue hasta este 2017 que se les resolvió el caso.

Rivera fue citado en varias ocasiones por los juzgados para ejecutarle una serie de análisis, de peritajes, tanto psicológicos como psiquiátricos, y determinaron que padece de una enfermedad cerebral: trastorno mental de tipo psicótico.

“Pérdida de contacto de la realidad, alteraciones a la afectividad, alucinaciones, ideas falsas, pensamientos negativos”, describe el peritaje psiquiátrico sobre la enfermedad incurable que padece el imputado, según lo determinado por el Instituto de Medicina Legal (IML).

El caso trascendió hasta el Tribunal 1° de Sentencia, que desarrolló una audiencia especial de aplicación exclusiva de medidas de seguridad y la jueza encargada del caso impuso internamiento del sujeto en el Hospital Nacional Psiquiátrico por un año y medio para mejorar su salud mental.

Tras dictar el fallo, Rivera fue trasladado inmediatamente hacia el centro médico que lo resguardará en el periodo determinado en el Centro Judicial Isidro Menéndez.