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Política

'The Washington Post': La reforma constitucional en Cuba es solo un 'traje nuevo y bonito'

Para el diario estadounidense, el régimen cambia el vestido, pero sigue con sus 'métodos autoritarios y represivos básicos'.

Washington

El diario estadounidense The Washington Post celebró que la reforma a la Constitución cubana aprobada el pasado domingo por la Asamblea Nacional del Poder Popular contemple apartados que abren la puerta al matrimonio igualitario y reconocen la propiedad privada, pero lamentó que no contenga en realidad un "cambio importante".

"El documento podría conducir a leyes que permitan el matrimonio entre personas del mismo sexo y podría permitir la posesión de propiedad privada. Si es cierto, esto marcaría una reversión de décadas de hostilidad hacia la homosexualidad y el capitalismo. Pero no contengas la respiración por un cambio importante. La constitución no permitirá el derecho más básico de todos: que los cubanos elijan a sus propios líderes o determinen la forma de su propio gobierno", señaló el medio en un editorial.

Recordó que en los diez años de Raúl Castro al frente del Gobierno hubo "modestas oportunidades para empresarios privados ansiosos por construir pequeños negocios, pero se vieron obstaculizados por restricciones repentinas del Estado, que comenzó a retrasar las licencias el año pasado".

Para The Washington Post, "este tipo de pensamiento gradual, paternalista, de parar y comenzar es característico del régimen, incluso bajo el nuevo presidente elegido a dedo, Miguel Díaz-Canel", por tanto consideró que "la reescritura constitucional, llevada a cabo bajo la supervisión de Castro, no significa una ruptura radical".

Citó cómo en la década de los año 60 Fidel Castro creó colonias penales que encarcelaron a homosexuales, así como a otros considerados "desviados" por el régimen. "Ahora (…) la constitución definirá el matrimonio como una unión entre dos personas, no como entre un hombre y una mujer".

"Se necesitaría más legislación para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero el cambio comenzaría a ponerse al día con la evolución de los valores sociales en todo el mundo", destacó.

El periódico subrayó el hecho de que la nueva constitución presuntamente inclinará la balanza hacia el mercado y la propiedad privada, pero también respaldará firmemente los principios de un sistema socialista con empresas estatales en posición dominante.

"No parece que esto realmente libere a los empresarios cubanos, con todo su vigor y aspiraciones, de la mano dura de los dictados socialistas anticuados de Cuba", criticó.

El difunto dictador asumió el poder en 1959, pero solo logró una nueva constitución en 1976 como parte de un esfuerzo para consolidar su Estado de partido único marxista que fuera apoyado por los soviéticos. El documento de 1976 incluía una disposición que permitía a 10.000 votantes elegibles proponer leyes a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En tal sentido, el diario estadounidense recordó que cuando Oswaldo Payá y otros disidentes lo pusieron a prueba en mayo de 2002 con el Proyecto Varela al presentar 11.020 firmas a la Asamblea Nacional exigiendo un referéndum sobre democracia, libertad de prensa, mercado libre y libertad para los presos políticos, "su pedido fue ignorado fríamente y en cambio (Fidel) Castro auspició un referéndum para consagrar el socialismo como irrevocable en la vida política, social y económica de Cuba".

"Esto lleva a lo que es realmente deficiente sobre el ejercicio actual: no contempla una Cuba donde las personas sean libres de elegir a sus propios líderes, ni de abrir el Partido Comunista a una competencia seria. En todo caso, el régimen quiere ponerse un traje nuevo y bonito, pero sus métodos autoritarios y represivos básicos no han cambiado", concluyó.

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